Lo Memorable

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RGB (55,46, 39)

39°28'19.2"N 0°22'22.9"W

Yo recuerdo de Sociedad Doctor Alonso, para mí es uno de los finales más… top, ¿no? De mis favoritos. Y era Si los huesos hablaran, se llamaba la pieza, creo. Y la pieza trata sobre todas esas personas que, a día de hoy, todavía continúan enterradas y que no tuvieron en su día como una despedida digna por parte de sus familiares que fueron asesinadas durante y después de la Guerra Civil. Y bueno la pieza va de eso. Y entonces, Hipólito Patón aparece sólo en escena y se pone a cantar a capella. Y la cosa es que canta sólo con la palabra “cutre». Entonces, pues, de repente, se pone ahí a cantar: “Cutre, cutre, cutre, cutre, cutreeee”… Y así sigue un ratito. La cosa es que se van sumando el resto de actores y actrices hasta que forman un coro de cutres. Y bueno, la cosa era como de ir de los agudos a los graves y de los graves a los agudos… y cada vez como más potente de volumen. Entonces, aquellos están ahí en escena no: “Cutre, cutre cutre…”. Y aquello se va repitiendo y como es verdad que ya llevamos un ratito de espectáculo, eh, pues alguien del público pensó: “Pues esto es el final, nos toca aplaudir”. Entonces, pues nada, pues se animó, comenzó a aplaudir y poco a poco pues el resto pues nos fuimos sumando. Lo que pasa es que aplaudimos y aquellos en escena continuaban: “CUTRE, CUTRE, CUTRE, CUTRE, CUTRE…” Y como que la cosa no acababa. O sea, eso se seguía alargando y seguimos aplaudiendo hasta que pensamos: “pues bueno, que quizá es que no es el final, no lo hemos leído bien”, y paramos de aplaudir. Y, bueno, paramos de aplaudir y aquellos venga que: “CUTRE, CUTRE, CUTRE…” Y no se callaban. Y no sé como que yo le estaba cogiendo como un gustillo porque era como un mantra que se repite, ¿no? Y ya alguien del público dijo: “Yo no sé si es el final o no pero para mí ya ha acabado”, y se levantó y se fue. Y poco a poco, un reguero de personas que se iban y la sala cada vez más vacía. Pero, nos quedamos ahí un poco la resistencia porque es verdad que era como bonito, ¿no?, esa cosa cutre… Y, bueno, ya llevábamos un ratillo como resistiendo a ver si paraban de cantar o no y, evidentemente, no iban a parar y decidimos irnos. Pero, para mí lo más bonito fue que todavía fuera de la sala, de fondo, con la sala vacía ellos continuaban cantando y tú les escuchabas así a lo lejos: «Cutre, cutre, cutre…».
Javi H.