Me acuerdo de ver Swan Lake de Raimond Hoghe en el Kaaitheater. Fui solo no sé por qué, normalmente siempre voy… sobre todo allí con alguien. Me acuerdo de que había tres críticos escribiendo. Había muy poca gente ese día. Es un espacio muy grande. Había muy poca gente, pues no sé, a lo mejor había 80 personas, pero claro, al ser el Kaai pues es… Y, me acuerdo, creo que en ese momento eh… no es que no lo pensara así pero, en ese momento me di cuenta, me di cuenta claro que… Era algo muy impresionante porque él… En Swan Lake hay una bailarina. Raimond Hoghe es una persona, bueno, era un dramaturgo que había trabajado con Pina Bausch para los que no lo sepáis, que era muy bajito y tenía una joroba. Entonces, físicamente era una persona como que era muy… Pero él estaba fascinado con el ballet. Entonces, había llevado a la pieza eh… a una gran bailarina de ballet que bailaba algunas escenas y fragmentos de Swan Lake. Swan Lake es El Lago de los Cisnes. Y yo comprendí con esta pieza que… eh… No es que no lo comprendiera pero… que claro que todo el virtuosismo de… También podía estar en el cuerpo de Raimond Hoghe. Y, luego, había algo como muy interesante sobre la idea del director, porque claro él además tenía un chico que hacía de… Como su ayudante que era como que… Le acompañaba a… Y, entonces, había algo como muy perverso porque él estaba intentando ser el cisne pero había todo el tiempo con la intervención del otro chico, algo como muy sexual y muy perverso de… de… de: “que me sirves para”. Pero, es muy guay porque claro, el ojo que nosotros tenemos sobre él ya está muy fetichizado. Entonces, él utiliza su poder también para fetichizar tanto a la gran bailarina de ballet como al chico. Bueno pues eso, eso estaba por ahí.