Lo Memorable

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RGB (41, 39, 40)

43°15'35.2"N 2°55'52.7"W

A veces, también marcan las experiencias teatrales nefastas. Nunca olvidaré cuando en el Teatro Campos de Bilbao asistí al estreno de Jesucrito Superstar Volumen II. Una especie de versión del musical original pero centrada en la segunda parte de la historia, con algunas partes en euskera, producido por una compañía vasca — y que se presentaba decidida a llevar después su producción a Madrid y por España— . Aquello no había por dónde cogerlo. Es lo más lamentable que he visto nunca en un escenario. Ni en una función de fin de curso de colegio; ni el grupo más amateur imaginable. La música orquestal de base —grabada, claro— parecía extraída de un cassette o un vinilo original de los años 70 por lo mal que se escuchaba y el ruido de la propia grabación. Las voces, aunque no estaban mal, no se escuchaban casi porque en vez de micrófonos individuales sólo habían puesto un par de micros ambientales. La escenografía era poco más que un andamio. Los vestuarios parecían salidos de una tienda de disfraces. Los miembros del coro, bajo las túnicas, llevaban cada uno sus propios zapatos de calle, por lo que entre los supuestos seguidores de Cristo en el año 33 había gente con zapatillas Vans, con botas, con mocasines… Todos los calzados diferentes, ¡todos! A la vista del espectador. Y todos muy del siglo XXI. El culmen fue comprobar que al ensayar no habían sido conscientes de que no es lo mismo un patio de butacas vacío que un patio de butacas lleno. En una escena, dos soldados romanos arrastraban a Cristo por el patio de butacas, y tenían previsto hacerlo incluso atravesando una de las filas, la más amplia —que separa el patio de butacas en dos—. Aun así, con los asientos bajados y el público sentado en ellos, era literalmente imposible que los tres actores pasaran por allí. Los pobres se quedaron anonadados al verse en el entuerto en directo. No sabían cómo reaccionar mientras seguían cantando… En fin. Salí del teatro, literalmente, al grito de: “¡¡¡qué ha sido esta puta mierda!!!”. Tanto, que mi pareja me tuvo que hacer callar. Eso sí, él es mucho más teatrero que yo y ahora cada vez que me propone ir a una función, mi pregunta es la misma: “Más te vale que sea mejor que Jesucristo Superstar Volumen II”.
Víctor