Como sabes que yo soy de Viana, que está al lado de Logroño. O sea, mi pueblo se llama Viana pues está al lado de Logroño y en Logroño hacen un festival que se llama Actual. Y yo creo que estaba dentro de ese contexto la performance de Bartolomé Ferrando. En aquella época el Actual tampoco era tan así como es ahora… Ahora es como un festival bastante conocido, tal. Y yo estaba… Se hace en enero, o sea, como después de las navidades pero el periodo todavía como el 4 de enero, o así. Y, yo estaba en Navarra que había ido en las navidades a ver a mis padres y veo en la programación en El Círculo de Bellas Artes de Logroño: Bartolomé Ferrando. Y digo: “tengo que ir, ¿no? O sea, aquí no hay nada, pues voy a ir”. Total, que allí que me presento yo sola en el Círculo de Bellas Artes de Logroño. Me siento en una mesa… Es una cosa como muy señorial, ¿no? Arquitectura… Lámparas las recuerdo y así, igual ¿no?, como estas de lágrimas y todo tal… unas luces… Mesas redondas donde te sentabas ahí. Pedías, creo recordar, algo para beber o no sé qué. Total, que sale Bartolomé Ferrando y se pone ahí como en un lateral de la sala con un cubo de plástico azul, ¿no?, de estos como con una asa metálica. Lo pone pues ahí a sus pies. Se pone un casco con una caña como de pescar como con un anzuelo y, entonces, empieza a recoger carrete y aparece un chuletón crudo. Como un trozo de carne cruda. Se lo puso como un guante. Ahora debería tener ya como la forma de guante o estaba cosido a un guante o algo. El tema es que empezó a sonar Cumpleaños feliz, Happy birthday to you; cantado por Marilyn Monroe a… a Kennedy. Y, se puso el guante y se empezó a pasear por la sala a intentar darle la mano con el chuletón crudo a la peña. Y yo estaba fascinada, maravillada porque era el contexto, ¿sabes? Porque era como señoras burguesas de Logroño. Pues como los de, los que estaban el otro día en la impro. Que era como… La media era de… Pues de 50 años para arriba. Y, entonces, él iba y la gente se espantaba y se echaba para atrás. Y, en un momento, contacto visual, ¿no? Y me acuerdo que Bartolomé me mira, ¿no? Yo no lo conocía de la facultad porque yo no hacía performance. Pero, yo sabía quién era, pero él quién era yo no. Y, entonces, pero claro, dijo: “esta es la única que se va a tirar el rollo”. Entonces, vino, me extendió la mano con el chuletón crudo y yo le di la mano. Y, bueno, me reí mucho. Ahí acaba mi recuerdo porque yo no sé si consiguió seguir y que alguien le diera la mano o no. Maravillosas las caras de esas mujeres de peluquería con pelo cardado. (…) Y él muy serio, ¿no? Con su templanza esa, ¿no?, de acercarse a las mesas. Iba por las mesas, se retiraban y él se iba. E iba a otra hasta que dijo: “alguien me tendrá que dar la mano, ¿no?”. Maravilla. Esa es mi memoria.
