Me ha pasado dos veces que he salido del teatro, de distintos teatros diciendo: “Yo no sé si esto se ha terminado, pero yo lo doy por terminado”. Y uno fue en el Principal viendo una pieza de Roger Bernat. Y luego otra vez… bueno, ¡qué fue larguísima! Mi ignorancia me diría que fueron dos horas que pasaba lo mismo, pero claro, no era lo mismo… Llegó un momento que yo dije yo siento que ya. ¡Esto a mí esto ya no me aporta nada! Entonces dije: “pues lo voy a dejar ya”. He de decir que antes de mí ya se habían ido muchas personas porque era en el Principal y el Principal empezó estando lleno. Y luego, otra vez me ha pasado en Russafa Escènica en Las Naves… ¿Qué título tenía esa pieza? Jura de Bandera. Un plotter gigante imprimiendo una bandera de España… Y bueno, durante un tiempo hubo, hubo… hubo texto. Pero de pronto aquello ya, ces’t fini y aquello seguía imprimiendo y digo, claro, mientras quede tinta pues quizá esto está aquí echando millas. No sé. Entonces, llegó un momento que dije: “yo no sé tampoco…pero, ¡ya!” Y me levanté y me fui. No digo con esto que ni bien ni mal. Sólo que había llegado un punto que creo que la decisión está en mi mano, pues, pues voy a tomarla. Y… Pero luego claro te quedas pensando: “yo estoy llegando a casa y a lo mejor la peña todavía aún está allí”. Porque quizá me estoy perdiendo cosas. Es bonito porque oficialmente la pieza en tu cabeza nunca acaba. Si tú sigues pensando en tu casa que quizá hay gente que continúa ahí…