Pues yo me acuerdo que fui a ver a Xavier Le Roy a Kaaitheater, en Bruselas. La pieza era la Consagración de la primavera, una de mis piezas favoritas, y es su versión. Una versión solo. Es una pieza muy famosa dentro del mundo de la danza. Se compuso originalmente para los Ballets Rusos, con coreografía de Nijinski, compuesta por Stravinsky. Tanto la danza como la música fueron un escándalo en ese momento. Y luego se han hecho muchas versiones icónicas, como la de Pina Bausch… etc. Y la de Xavier pues es un solo. Él se quedó maravillado por el movimiento de los directores de orquesta cuando dirigen la Consagración, porque es una pieza bastante compleja, y se dió cuenta que los movimientos de los directores son super coreográficos. Entonces, hizo toda una investigación y, a partir de esta, una partitura apropiándose de los movimientos de los directores y los ejecuta a tiempo real. Los movimientos reales que se ejecutan en cada pasaje de la música. Entonces, el dispositivo es muy sencillo. Es él mirando al público dirigiéndonos como si fuéramos la orquesta. Y otra cosa muy guay que hace es distribuir el sonido en la grada de tal forma que imita la disposición real de la orquesta, con lo que sientes que el sonido viene de tu zona específica. Pues yo estaba sentado como arriba a la derecha, donde estaría la sección de percusión, y en un momento dado pues en uno de estos… él señala, ¿no?, muchas veces al público, para indicar la entrada de algún instrumento. Pues en una de esas señala más o menos hacia donde estaba yo, y un tío que había dos butacas más para allá va y reacciona. Hace como que toca unos platillos. Y nada, me pareció muy bonito porque además Xavier se dio cuenta se quedó loco, así como preguntándose: “¿Qué está pasando? ¿Por qué este señor reacciona como si tuviera un instrumento?”