En 2015 cuando trabajaba en Sadlers Wells, en el departamento de programación, eh… Había un momento en el que estaba programado dos semanas en cartel la compañía de Pina Bausch con dos piezas diferentes, ¿vale? Y, aproximadamente, como una semana antes o así, de que llegase la compañía, eh… Nos mandaron un e-mail a todos, digamos a todas las personas que trabajábamos en el teatro haciéndonos saber que se estaba organizando un cásting para elegir a un perro que iba a salir en la pieza. Entonces, estaban buscando un poco quién sería este, este… esta figuración especial. Bueno, resulta que llega el día del estreno. Estreno no, perdón. Llega el día de… Del ensayo general. Entonces, el ensayo general en Sadler Wells es como un evento súper grande porque invitan a todos los patrones. Es decir, a la gente bastante rica o la gente que suele pagar abonos o que suele hacer donaciones al teatro les suelen invitar a los ensayos generales, porque normalmente, las funciones de Pina Bausch siempre están completas. Entonces, bueno, ese día era un ensayo general estaba todo petadísimo. Todo el teatro lleno de gente. No me acuerdo exactamente cuál es el nombre de la pieza lo tendría que buscar, ¿vale? Pero, bueno, una pieza de Pina Bausch que duraba como dos horas. ¡Muy larga! Y, al final de la pieza llega el momento estelar en el que aparece el perro, para el que habían hecho el casting. Y, bueno, el perro básicamente lo único que tenía que hacer era como cruzar el escenario, ¿vale? Pero, el perro salió y en lugar de cruzar el escenario de manera como perpendicular, ¿no? Como de una pata a la otra, se fue en diagonal andando, poco a poco, hasta que se cayó al patio de butacas, como al foso dónde estarían los músicos, ¿no? Como por la primera fila o así. Y, nada, fue increíble porque, de repente, como en el patio de butacas (risas) todo el mundo estaba como… Una mezcla entre perplejidad, eh… un poco como de tristeza. Preocupación por el perro que se había caído desde la altura del escenario, que es bastante alta. No se sabía muy bien qué estaba pasando (risas). Y, nada, recogieron al perro y continuaron como con el ensayo (risas). O sea, como con la pieza sin que… Como si no hubiese pasado nada . Y, nada, fue como bastante gracioso. Y, al día siguiente, estábamos en el teatro y mandaron un e-mail. El director del teatro mandó un e-mail a todas las personas que trabajaban en el teatro para anunciar que el perro que había aparecido en el ensayo general de Pina Bausch estaba bien y no le había pasado nada. Así que nada. Y que podría seguir haciendo las funciones. Y, bueno, hasta aquí la anécdota.